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MANUEL CARRASCO NOS TIENTA COMO A SU GUITARRA (CRÓNICA CONCIERTO PUNTA UMBRÍA 23.08.2014 (CONCIERTOS MANUEL CARRASCO, VIDEOS Y CRÓNICAS)

Escrito por Esther_madrid, Madrid, lunes, 25 de agosto de 2014, 14:10 (3504 dias hace...)

Escrito por Ana Deacracia - Fotos de HuelvaYa


Anoche disfruté del concierto de Manuel Carrasco. No se puede explicar con palabras, por muchas cosas que ellas sean capaces de transmitir, lo que significa. Aun así intentaré rebuscar las oportunas, embaucando a las musas:

[image]Es un volver a la juventud que se fue sin darnos cuenta, esa que nos robaron mientras mirábamos para otro lado pensando que todo era eterno, dando por hecho que la alfombra, que se deslizaba ante nuestros ojos, no tenía un final. Hasta que, un día, miras atrás y la inmensidad está a tu espalda, entonces concluyes que fuiste joven alguna vez… y ese momento comprendes lo importante que es volver.

Volver…: entras nerviosa, empujas el entramado tumultuoso de la línea que divide la fantasía de la realidad y pisas, con tus tacones viejos, el suelo de un estadio cualquiera, dando lugar a la transformación, cuando, como si del calor trepidante de un verano cordobés se tratase, todas tus ansias acumuladas hacen el milagro debido a la propia descriogenización, templándote todas las particular del cerebro, mientras te encandilas contemplando como te crecen alas en el alma…

Tu espíritu, vapuleado por el tiempo, se emborracha de Música hasta que estallan dentro un cúmulo de estrellas, con brillos de palabras y ráfagas de notas al viento, justo en el lado izquierdo de tu cuerpo. Mientras, con esa luminiscencia, ahondan hasta deshacerte, hasta crearte o modificarte, y sobre todo alientan la quimera de rejuvenecerte. En el resplandor de tus ojos se acomodan entonces las mismísimas estrellas, y tú eres astro, y eres música, formando parte de este particular aquelarre. Y tú eres…Vives el sueño que tiene el arte de difuminar las arrugas de tu cara, con sonrisas y entusiasmo, en medio de frases extraídas de la angustia de una guitarra…

Todo se extralimita en esta multitud consecuente, cómplice, artífice del entorno, ebria ahora; y te emocionas, vibras, lates, y saltas al ritmo de Manuel, hasta deshacerte de esa parte del camino que pesa tanto. Lo consigue, él hace el milagro de que vuelvas a sentir lo maravilloso que es volver al Pasado. Al mirar sus ojos claros recuerdas perfectamente lo que significa enamorarse otra vez, desde el prisma ingenuo de una adolescente. Y, sí, lo consigue, que vuelvas a enamorarte… cuando blande las cuerdas etéreas de tu corazón como si fuesen las más elocuentes teclas de un piano extraño.
[image]

Solamente, por unas horas, entras de bruces en el paraíso, en su voz, en sus quejios, en su propuesta, en su forma pausada y lenta de transmitir, cuando nos regala, a trozos, su esencia de niño bueno, siempre; de hombre humilde, remando en su extraordinario océano marinero, isleño, intenso, de arena y olas, de palmas alentadas por la brisa de una orilla atlántica en la que nació un niño rubio con una preciosa mirada traviesa, aunque calzara unos zapatos rotos, qué importaba; nada deslucido, seguro, a pesar de vestir la camiseta de su hermano mayor. Era feliz, no me cabe la menor duda, cuando en sus manos sostenía unas baquetas maravillosas, esas que su padre le hizo en aquel barco que se fue lejos... Mientras, en el pensamiento, ese niño de mirada ilusionante, alimentaba un sueño…

Esa es la razón por la que nos deleita como si fuéramos su fuego añorado, ese fuego que le esperaba a las puertas de su casa, en su playa, lejana, tantas veces, de arenas con pátinas de infancia, donde escondió, un día, su felicidad y sus lágrimas, y entre sones que se llevaban las olas, pidió un deseo.

Manuel nos tienta como a su guitarra. E intenta, doy fe, que todos seamos, en ese entrañable momento, una inmensa -sin nombres- parte de su Familia. Todos.


[image]
Y como si un cometa atravesara de golpe por encima de nuestras cabezas, sobre nuestros brazos, que, a un tiempo, se mecen en el oleaje noctámbulo de la estratagema que se fragua entre el calor, los desgarros, y el son perpetuo, el Son…, Son…, Son....; todos bajos los efectos de una droga necesaria, cuando el paraíso nos parecía ideal, nos agasaja las ansias con lágrimas que dibujan líneas plateadas en su cara, donde, mágica, se refleja la luna. Nuestros ojos se estremecen a su vez, al ser conscientes de tal excepcional espectáculo. Alucinados, lloramos por dentro, o nos arrancamos las propias lágrimas, al descubrir que el dador de momentos mágicos brinda con su mejor licor ante nuestros ojos. Quizás esto sea fantástico o tal vez tremendo, pero, sin duda, da la fórmula perfecta a su alquimia.

Y nos bebemos otro sorbo en el balanceo de este mar de olas de manos, cual velas al viento, entonando los cánticos que, todos a un tiempo, dejamos que sobrevuelen el espacio abierto de este concierto: un amasijo estrepitoso de almas desbocadas sedientas de una experiencia de libertad, sin cánones ni convenios: aire, voces, arte, palabras, sones, cuerdas, teclas, amor, fantasías, deseos, miradas, requiebros. Trueques y artificios cuando la felicidad se convierte, al fin, en algo tangible.



Y en ese momento miro a mi hijo que canta a mi vez, junto a mí, a sus veinticuatro años, y miro a sus amigos, como en tantos otros conciertos. Entonces me recuerdo a mí misma, en silencio, que la vida merece la pena.[image]

Gracias, Manuel, a ti, siempre. Tú sabes el valor de la felicidad, esa que no se compra. Gracias, Manuel, por esas lágrimas compartidas en ese momento en que todos fuimos uno.

FUENTE: anadeacracia

Etiquetas:
CONCIERTO PUNTA UMBRIA 23.08.2014

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PLAS PLAS PLAS, maravilloso relato!! Felicidades a la autora!

Escrito por Soles, lunes, 25 de agosto de 2014, 15:03 (3504 dias hace...) @ Esther_madrid

- Sin texto -

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LO mismo que la señora de arriba, una delicia leerte. ..¡¡enhorabuena¡¡..

Escrito por Heidi, lunes, 25 de agosto de 2014, 17:16 (3504 dias hace...) @ Esther_madrid

- Sin texto -

Un relato precioso, escrito con mucha sensibilidad.

Escrito por L.M, martes, 26 de agosto de 2014, 13:39 (3503 dias hace...) @ Esther_madrid

Escrito

por Ana Deacracia - Fotos de HuelvaYa

Anoche disfruté del concierto de Manuel Carrasco. No se puede

explicar con palabras, por muchas cosas que ellas sean capaces de
transmitir, lo que significa. Aun así intentaré rebuscar las oportunas,
embaucando a las musas:

[image]Es
un volver a la juventud que se fue sin darnos cuenta, esa que nos
robaron mientras mirábamos para otro lado pensando que todo era eterno,
dando por hecho que la alfombra, que se deslizaba ante nuestros ojos, no
tenía un final. Hasta que, un día, miras atrás y la inmensidad está a
tu espalda, entonces concluyes que fuiste joven alguna vez… y ese
momento comprendes lo importante que es volver.


Volver…: entras nerviosa, empujas el entramado tumultuoso

de la línea que divide la fantasía de la realidad y pisas, con tus
tacones viejos, el suelo de un estadio cualquiera, dando lugar a la
transformación, cuando, como si del calor trepidante de un verano
cordobés se tratase, todas tus ansias acumuladas hacen el milagro debido
a la propia descriogenización, templándote todas las particular del
cerebro, mientras te encandilas contemplando como te crecen alas en el
alma…


Tu espíritu, vapuleado por el tiempo, se emborracha de Música

hasta que estallan dentro un cúmulo de estrellas, con brillos de
palabras y ráfagas de notas al viento, justo en el lado izquierdo de tu
cuerpo. Mientras, con esa luminiscencia, ahondan hasta deshacerte, hasta
crearte o modificarte, y sobre todo alientan la quimera de
rejuvenecerte. En el resplandor de tus ojos se acomodan entonces las
mismísimas estrellas, y tú eres astro, y eres música, formando parte de
este particular aquelarre. Y tú eres…Vives el sueño que tiene el arte de
difuminar las arrugas de tu cara, con sonrisas y entusiasmo, en medio
de frases extraídas de la angustia de una guitarra…


Todo se extralimita en esta multitud consecuente, cómplice,

artífice del entorno, ebria ahora; y te emocionas, vibras, lates, y
saltas al ritmo de Manuel, hasta deshacerte de esa parte del camino que
pesa tanto. Lo consigue, él hace el milagro de que vuelvas a sentir lo
maravilloso que es volver al Pasado. Al mirar sus ojos claros recuerdas
perfectamente lo que significa enamorarse otra vez, desde el prisma
ingenuo de una adolescente. Y, sí, lo consigue, que vuelvas a
enamorarte… cuando blande las cuerdas etéreas de tu corazón como si
fuesen las más elocuentes teclas de un piano extraño.

[image]

Solamente, por unas horas, entras de bruces en el

paraíso, en su voz, en sus quejios, en su propuesta, en su forma pausada
y lenta de transmitir, cuando nos regala, a trozos, su esencia de niño
bueno, siempre; de hombre humilde, remando en su extraordinario océano
marinero, isleño, intenso, de arena y olas, de palmas alentadas por la
brisa de una orilla atlántica en la que nació un niño rubio con una
preciosa mirada traviesa, aunque calzara unos zapatos rotos, qué
importaba; nada deslucido, seguro, a pesar de vestir la camiseta de su
hermano mayor. Era feliz, no me cabe la menor duda, cuando en sus manos
sostenía unas baquetas maravillosas, esas que su padre le hizo en aquel
barco que se fue lejos... Mientras, en el pensamiento, ese niño de
mirada ilusionante, alimentaba un sueño…


Esa es la razón por la que nos deleita como si fuéramos su

fuego añorado, ese fuego que le esperaba a las puertas de su casa, en su
playa, lejana, tantas veces, de arenas con pátinas de infancia, donde
escondió, un día, su felicidad y sus lágrimas, y entre sones que se
llevaban las olas, pidió un deseo.


Manuel nos tienta como a su guitarra. E intenta, doy fe, que

todos seamos, en ese entrañable momento, una inmensa -sin nombres-
parte de su Familia. Todos.

[image]

Y como si un cometa atravesara de golpe por encima de nuestras
cabezas, sobre nuestros brazos, que, a un tiempo, se mecen en el oleaje
noctámbulo de la estratagema que se fragua entre el calor, los
desgarros, y el son perpetuo, el Son…, Son…, Son....; todos bajos los
efectos de una droga necesaria, cuando el paraíso nos parecía ideal, nos
agasaja las ansias con lágrimas que dibujan líneas plateadas en su
cara, donde, mágica, se refleja la luna. Nuestros ojos se estremecen a
su vez, al ser conscientes de tal excepcional espectáculo. Alucinados,
lloramos por dentro, o nos arrancamos las propias lágrimas, al descubrir
que el dador de momentos mágicos brinda con su mejor licor ante
nuestros ojos. Quizás esto sea fantástico o tal vez tremendo, pero, sin
duda, da la fórmula perfecta a su alquimia.


Y nos bebemos otro sorbo en el balanceo de este mar de olas de

manos, cual velas al viento, entonando los cánticos que, todos a un
tiempo, dejamos que sobrevuelen el espacio abierto de este concierto: un
amasijo estrepitoso de almas desbocadas sedientas de una experiencia de
libertad, sin cánones ni convenios: aire, voces, arte, palabras, sones,
cuerdas, teclas, amor, fantasías, deseos, miradas, requiebros. Trueques
y artificios cuando la felicidad se convierte, al fin, en algo
tangible.


Y en ese momento miro a mi hijo que canta a mi vez, junto a

mí, a sus veinticuatro años, y miro a sus amigos, como en tantos otros
conciertos. Entonces me recuerdo a mí misma, en silencio, que la vida
merece la
pena.[image]

Gracias, Manuel, a ti, siempre. Tú sabes el valor de la

felicidad, esa que no se compra. Gracias, Manuel, por esas lágrimas
compartidas en ese momento en que todos fuimos uno.


FUENTE: anadeacracia

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¡¡Estupendo!! Ana, mis respetos hacia este talento con la palabra, me has conmovido con ese inicio...

Escrito por Fabi_Col, Colombia, miércoles, 27 de agosto de 2014, 04:45 (3502 dias hace...) @ Esther_madrid

- Sin texto -

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Tan solo tu me iluminas por dentro.

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